Blog de Geografía e Historia

jueves, 17 de febrero de 2011

El derecho de la mujer al voto: el sufragio femenino en España

- ¿Qué argumentos manejan cada una de las intervinientes para defender su postura?
Victoria Kent argumenta que las mujeres de España no han recibido, todavía, los suficientes estudios como para valorar la puerta que la República ha abierto y, por tanto, decidir en política.
Clara Campoamor sostiene que las mujeres también sufren las consecuencias de la legislación y pagan impuestos al Estado. Defiende que tras la opinión política de un hombre, también hay una mujer que le influye. También nombra el derecho fundamental basado en el respeto a todo ser humano, presionando que esto indica el trato igual a todas las personas, incluyendo a las mujeres. Además, destaca que el porcentaje de analfabetismo en mujeres es menos que en hombres, por lo que sí están capacitadas para decidir en política.

- ¿Cuándo y por qué comenzó la lucha por la igualdad de sexos?
La lucha de la igualdad durgió a partir de la Revolución Francesa y adquirió un auge extraordinario a finales del siglo XIX y principios del XX, sobre todo en los Estados Unidos y el Reino Unido, centrado en la petición del derecho al sufragio.
En 1791 Olympe de Gouges hizo la “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”; y en la segunda mitad del siglo XX se han destacado las aportaciones de Betty Friedan y Simone de Beauvoir. En términos generales, el feminismo critica la desigualdad entre ambos sexos, y promueve los derechos e intereses de la mujer.

- ¿Qué es el sufragismo? ¿Dónde surgió? ¿Cuáles eran sus objetivos?
La Revolución Industrial no aportó numerosos cambios en lo referente a la situación política, legal y económica de las mujeres: siguieron siendo discriminadas respecto a los varones. Tan sólo pudieron ocupar puestos de trabajos en fábricas y minas, en las que estaban en condiciones de una extrema explotación y discriminadas salarialmente frente a sus compañeros de trabajo.
La mujer no fue aceptada en trabajos de mayor responsabilidad y en la educación superior, estaba reservada al ámbito doméstico.
Los hombres consiguieron el sufragio censitario y, más tarde, el universal. Sin embargo, las mujeres fueron excluidas de ellos.
Fueron estas circunstancias las que propiciaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX el nacimiento del movimiento sufragista, que reivindicaba el derecho al voto de las mujeres como paso previo al feminismo, es decir, a conseguir la plena igualdad de derechos respecto a los hombres. El movimiento sufragista no se constituyó en grandes masas y arraigó con más fuerza en las mujeres urbanas de clase media que poseían un cierto grado de educación. Las obreras antepusieron sus reivindicaciones de clase a sus propios intereses como mujeres. Las campesinas por su baja formación, su dedicación íntegra al trabajo, la carencia de tiempo libre y su aislamiento, fueron las últimas y más reacias a incorporarse a los movimientos emancipadores.

- ¿Qué características tuvieron los primeros movimientos “feministas” en España?
La escritora gallega Emilia Pardo Bazán denunciaba en la España Moderna que los avances culturales y políticos logrados a lo largo del siglo XIX sólo habían servido para incrementar las distancias entre sexos, sin promover la emancipación femenina.
La penalista Concepción Arenal insistió en múltiples escritos en que el papel de madre y esposa eran fundamentales en la vida de las mujeres, pero subrayando que la experiencia de la vida femenina no podía centrarse en el ejercicio exclusivo de ese rol.
En el terreno educativo fue donde más avanzó el feminismo español. Las iniciativas del Krausismo tras 1850 y de la Institución Libre de Enseñanza buscaban un avance en la educación, la enseñanza y la cultura femenina.
No obstante, el modelo varió poco y en las escuelas se siguió trasmitiendo pautas de comportamiento basadas en la función doméstica de la mujer. Concebida como “ángel del hogar”, su labor debía dedicarse en exclusiva a los quehaceres domésticos y al cuidado de la familia.
La resistencia a la generalización de la enseñanza femenina fue muy acentuada. El reconocimiento oficial del derecho a la educación superior no se produjo hasta 1910. A lo largo de todo el siglo XIX, el analfabetismo femenino se mantuvo en tasas enormemente altas que rondaban el 70% en muchas zonas a fines de la centuria.
En el caso español, hasta principios del siglo XX no se puede hablar con propiedad de un movimiento colectivo de emancipación femenina.

- ¿Qué fue la A.N.M.E?. ¿Cuáles eran sus reivindicaciones?
La Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME) fue una asociación sufragista y en pro de los derechos de la mujer en España. Estuvo activa durante el primer tercio del siglo XX, desde 1918 hasta 1936. Se fundó en Madrid para promover los derechos de las mujeres, específicamente el derecho al voto.

- Busca información sobre los avances logrados durante la II República Española en relación a la condición de las mujeres
La II República supuso, especialmente para las mujeres, un cambio liberalizador importante.
Hasta esa fecha, las mujeres habían ocupado el lugar únicamente de esposa y madre, dependiente siempre del hombre. La incorporación de la mujer al mundo laboral estaba obstaculizada por la alta tasa de analfabetismo y a la falta de medios estructurales que facilitaran la incorporación al trabajo a las mujeres con hijos e hijas.
Con la II República, con la Constitución de 1931 y las leyes promulgadas posteriormente la situación de las mujeres comenzó a cambiar: se eliminaron privilegios reconocidos hasta ese momento exclusivamente a los hombres, se reguló el acceso de las mujeres a cargos públicos, se concedió el derecho de voto a las españolas, se reconocieron derechos a la mujer en la familia y en el matrimonio (se reconoció el matrimonio civil, el derecho de las mujeres a tener la patria potestad de los hijos, se suprimió el delito de adulterio aplicado sólo a la mujer y se permitió legalmente el divorcio por mutuo acuerdo). Por otra parte, se obligó al Estado a regular el trabajo femenino y a proteger la maternidad (se prohibieron las cláusulas de despido por contraer matrimonio o por maternidad, se estableció el Seguro Obligatorio de Maternidad y se aprobó la equiparación salarial para ambos sexos).
En el ámbito de la educación, se permitieron las escuelas mixtas y la coeducación, se abolieron las asignaturas domésticas y religiosas y se crearon escuelas nocturnas para trabajadoras. Se redujo significativamente el analfabetismo femenino. En Cataluña, incluso, se llegó más lejos, y se permitió la dispensación de anticonceptivos, se despenalizó y legalizó el aborto, se decretó la abolición de la prostitución reglamentada y se prohibió contratar a mujeres en trabajos considerados como peligrosos o duros.

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